Desarrollo de la ciencia en canarias
Desarrollo de la ciencia:
José Clavijo y Fajardo (1726-1806)
El otro canario ilustrado fue el lanzaroteño José Clavijo y Fajardo. Nace en la villa de Teguise
(Lanzarote). Con 10 años va a estudiar a Las Palmas en 1736,
para ser educado en el Convento de Dominicos de San Pedro
Mártír, por su tío Fray Presentado Clavijo, quien le enseño Latín,
Filosofía y Teología, completa sus estudios con Don Tomas Pinto,
regente de la Real Audiencia de Las Palmas. A los 19 años se
traslada a la península siendo nombrado en 1745, oficial de la
Secretaria del Ministerio de Marina en Ceuta. En 1749 reside en
Madrid como Secretario particular del Comandante José Vazquez
Priego. Entre 1756 y 1761 viaja por diversas ciudades españolas y
por Francia donde conoce en Pa4ís al gran naturalista Conde de
Bufón, intendente del Rardín Botánico de París en la época de Luis
XV. En 1762 vuelve a Madrid y comienza a publicar su famoso
semanario “El pensador”. En 1763 es nombrado oficial del Archivo
del Estado. Es nombrado director de los teatros de los Reales
Sitios en 1770, encargándole el rey Carlos III la reforma del teatro
español, adaptándolo al estilo Neoclásico.
Entre sus logros, al margen de ser uno de los directores del Gabinete de Historia Natural de
Madrid -que ayudó a fundar-, está el de ser el traductor al español, así como el prologuista, del
libro que significó el nacimiento de dos nuevas disciplinas en la Historia de la Ciencia: la biología y
la geología. Este libro sería la Historia Natural del Conde de Buffón, obra que inspiraría a Darwin
y que Clavijo tradujo en 1777. Los dos hombres, Betancourt y Clavijo, vivirían la transición entre el
siglo XVIII y el XIX, un siglo este último en el que España, con su Santo Oficio y sus problemas
políticos, vivió de espaldas a la ciencia. Mientras, el mundo científico no se detenía: Darwin
publicaba El origen de las Especies; Mendeleiev organizó para siempre los elementos químicos
con su Tabla Periódica o Mendel, que era monje en Prusia, puso los cimientos de la genética.
En la década decisiva para la ilustración española que va de 1770 a 1780 Clavijo Fajardo
abandona definitivamente su actividad literaria, periodística y teatral, a la que dedica gran parte
de su vida, y con cincuenta años, se integra en el organigrama del recién creado Gabinete de
Historia Natural ocupando el puesto de Bibliotecario y Formador de Índices, primero y
Vicedirector y Director, después.
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